El castillo de Luna cuenta entre sus filas con otro luchador para evitar su conversión en hospedería y su completa desvirtuación. Se trata de Edward Cooper, profesor de la Guildhall University(Reino Unido), autoridad mundial en castillos. Es autor del renombrado libro "Castillos señoriales de la Corona de Castilla".
Reproducimos a continuación la carta enviada a nuestra asociación por E. Cooper. Para aquellos afines a las tácticas del senador McCarthy, es decir, que buscan desprestigiar a la(s) persona(s) cuando no tienen capacidad para contrarrestar los argumentos aportados, desde aquí les facilitamos su investigación, manteniendo la dirección postal.
20 Forty Avenue, Wembley Park, Middlesex HA9 8JP
2 de julio de 2007
Estimado D. Cándido:
contesto a su carta del 25 de junio con las lamentables noticias sobre el castillo. Le advierto que no soy una persona de influencia ni política ni económica. Además, dentro de unos meses tengo que jubilarme definitivamente por haber llegado a la edad correspondiente. Procedo a exponer lo que se me ocurre decir, partiendo del recorte de Hoy del 21 de junio, que resume las medidas hasta ahora tomadas. La perspectiva de Wembley Park no me permite ofrecer soluciones más esperanzadoras, solamente unos posibles mejoras o planes «B».
Como Vds. han reconocido al contactar con los diversos cuerpos oficiales mencionados, el asunto no se va a resolver a nivel regional. Tengo la impresión de que ICOMOS solo se mueve cuando se peligra un monumento inscrito en el mismo. Tampoco tiene medios para superar las autoridades nacionales. En cuanto a lo que dice el profesor Navascués, yo estaba en las Jornadas a que, creo, el se refiere, en Baños de
Otra cuestión es la de APAMEX. Facilitar acceso a discapacitados no es lo mismo como construir un hotel de cuatro estrellas. Parece que se está utilizando sus normas como chantaje. El Sr. Alcalde dice que si no se les obedece, el castillo ha de quedar “única y exclusivamente como monumento”. ¡Pero, ideal! ¿Quien discrepa de eso? De todas maneras, y sé lo intransigentes que son los portavoces de los minusválidos, me dudo de que quieren desvirtuar todos los monumentos de difícil acceso en Europa. Sugiero les pida cualesquier documentos de discusión sobre accesibilidad de monumentos históricos que hayan confeccionado. Si fuera posible, convertirles en aliados sería una buena estrategia.
En cuanto al resto de la política a seguir sobre el terreno, hay que reconocer que el proyecto del castillo de Alburquerque supone realmente dos problemas distintos, prácticamente sin conexión:
1) La legalidad de la propuesta de conversión.
2) El concepto de despilfarro del patrimonio. Creo que en esto los promotores del proyecto de hotel tienen poca defensa. Pero hace falta que alguna institución superior escuche y responda, pues la ley por sí sola no sirve. Le propongo unas ampliaciones del argumento:
i) Hago eco a las frases citadas de Aurelio Sainz. La lógica es impecable. Además el aspecto económico. Tiene que haber unos cuantos edificios pintorescos en el casco urbano que se presten a conversión en hoteles con un mínimo de problemas (sospecho que no existe una estadística sobre el número de turistas frustrados que querían ir a Alburquerque y no han podido por falta de alojamiento de lujo).
ii) Pero los turistas no son el único factor. Cualquier monumento tiene un potencial educativo, cuyo puesto en valor es urgente, teniendo en cuenta la agobiante incultura actual de los jóvenes. Hay que insistir constantemente en que el monumento es un documento. No es un lucro rentable. Su valor docente, por lo tanto, es primordial. Aparte de los elementos que se destruyeran en las reformas, le puedo asegurar de mi experiencia personal que, al convertirse un edificio histórico en hotel, se niega al estudioso del mismo cualquier acceso para siempre jamas.
Aplicar en contra de las conversiones hosteleras el argumento de la consecuente desvirtuación arqueológica no es, sin embargo, libre de impedimentos. En el caso del castillo de Alburquerque, lo que le hace susceptible del destino amenazado es, precisamente, la restauración franquista, que le quitó en gran parte el valor estrictamente arqueológico. Sin embargo, si Vds. tienen recursos y conocimientos, creo que deben intentar confeccionar al menos una defensa arqueológica contra el proyecto, pues pesara con los instituciones nacionales e internacionales. Puede ser útil, incluso, levantar un proyecto de eliminación de todas las estructuras franquistas en el castillo, sin más, para que se vea el mérito de una pristinación del monumento. En estas iniciativas podría ayudar
Si no peca de impertinencia, recomendaría que se incorporen rápidamente a la «plataforma» a unos cuantos jóvenes, y una representación femenina (si no los hay). Así será mas difícil que el Sr. alcalde les pinte de bando, aparte de la imagen pública en general.
Envió a Pablo Bozas de Anaya, Plaza San Francisco 5, Alburquerque, 06510 Badajoz el plan de conservación de monumentos de
Le adjunto en un archivo una fotografía mía sacada en 1966, que pone en manifiesto la incomparable silueta del castillo de entonces. Es esto lo que llega el forastero a Alburquerque para contemplar, y no un hotel de lujo. Cualquier alteración de este noble perfil es un crimen cultural.
Atentamente,
Cooper, “de los castillos”
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